Dentro del contexto de la pandemia es que todo esto inicio. Quise editar videos de mi dron. Esto me llevó a querer poner música a los videos que estaba haciendo. Así, no me conformé con la música que traían los propios editores y por un momento compré «samples» para hacer algo más personalizado para mi video. Todo esto sin conocer nada al respecto.
Ya que los «samples» eran difíciles de gestionar como archivos normales, busqué un programa que me permitiera escucharlos más rápida y fácilmente. Es así que descubrí los DAWs y después de un poco de investigación sobre cuál era más fácil usar, es que instalé uno.
Definitivamente era más fácil gestionar así los «samples». Pero ya teniendo un DAW descubrí que no solamente estaban esos sonidos ya comprados, sino que ahí podía hacer sonidos con los sintetizadores u otros instrumentos que ahí había.
Empecé a conocer estos instrumentos virtuales. Y en algún momento descubrí algunos instrumentos virtuales gratis que sonaban súper bien. Y me gustó seguir escuchando los sonidos que podían hacer. Era eso, disfrutar los sonidos.
Para este momento la idea de usar sonidos hechos por mi para los videos del dron ya no hacía mucho sentido porque era obvio que era algo mucho más difícil de hacer de lo que realmente podía mejorar el video. Pero también ya para este momento, el deleite era escuchar los sonidos, no música todavía sino sonidos de los instrumentos.
Y al gustarme mucho esto empecé a comprar instrumentos virtuales y programas para generar notas midi, con lo cual empezó este camino de exploración creativa a través de los sonidos y la música.
Durante la pandemia este fue mi canal de escape de mucho estrés y mi canal de disfrute de algo nuevo. Mi descubrimiento en la pandemia.
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